El último descubrimiento de Kepler es un paso adelante en la busca de un verdadero análogo de la Tierra.
La mayor parte de los cientos de planetas extrasolares descubiertos hasta la fecha — incluyendo los ocho anteriores encontrados por Kepler – son al menos tan grandes como Neptuno, y principalmente son gigantes de gas. Pero los astrónomos esperan que la misión finalmente arroje una gran cantidad de planetas terrestres, incluyendo algunos que orbitan sus estrellas a una distancia que permitiría que sus superficies alberguen agua líquida, y posiblemente, vida.
Ahora, el equipo está un paso más cerca de tal objetivo. Ha encontrado una estrella similar al Sol a 173 pársecs de distancia – relativamente cerca para los estándares galácticos – que tiene un planeta apenas un 40% más grande que la Tierra, aunque está demasiado caliente para ser habitable. Las medidas de apoyo de la masa del planeta, recopiladas en el Observatorio Keck en Mauna Kea, Hawai, sugieren que la densidad del planeta es de 1,6 veces la de la Tierra, lo que implica una composición rocosa. Aunque otros telescopios ya han observado un puñado de ‘súper-Tierras’ similares, el primer planeta rocoso confirmado que cae bajo la visión de Kepler es un signo que anima a la misión.
El planeta recién encontrado orbita a su estrella – designada como Kepler 10 — cada 20 horas – a una distancia de 2,5 millones de kilómetros. Esto es menos del 2% de la distancia que separa la Tierra del Sol, asegurando que el planeta tiene más una superficie de lava que de tierra firme, con una temperatura superficial de 1800 °C, suficientemente caliente para fundir la roca.
Me parece curioso la cantidad de grados que puede aguantar un planeta. Creo que habrá más planetas con esa misma característica y esperaremos que los científicos encuentren más planetas interesantes
Fuente: Ciencia Kanija
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